“Yo sé lo que debería comer. Pero no lo como”
Esta frase tan conocida suele escucharse tanto en estudiantes, padres, hombres y mujeres de negocios, deportistas de fin de semana, atletas de alto rendimiento quienes expresan una u otra vez, y todos de la misma manera, las frustraciones relacionadas con sus intentos por seguir un plan dietético de primera calidad.
El estrés y la fatiga relacionados con largas jornadas de trabajo, los intentos bien intencionados de reducción de peso y los esfuerzos para elaborar un programa regular de ejercicio pueden hacer que la comida se convierta en un factor de estrés en lugar de ser uno de los placeres de la vida
“Hay que comer para vivir,
pero no vivir para comer.” Molière
Una de las claves para comer bien es evitar tener demasiada hambre. Cuando tenemos demasiada hambre, normalmente nos importa menos lo que comemos que el hecho de darnos alguna recompensa por haber sobrevivido a otro ajetreado día. Si evitamos que surja la sensación de hambre, podremos dominar la necesidad fisiológica de comer en el exceso y calmar el deseo psicológico de recompensarnos con, por ejemplo, un espléndido pastel de chocolate.
Al elegir nuestras comidas y tentempiés debemos basar nuestro plan de nutrición en estas tres claves, elementales para una alimentación sana:
1. VARIEDAD.
Cuantas más clases de productos comamos, más tipos de nutrientes estaremos ingiriendo.
2. ALIMENTOS INTEGRALES
Elija alimentos integrales o poco procesados siempre que sea posible. Los alimentos en su estado natural suelen tener mayor valor nutricional y menos ingredientes dudosos.
3. MODERACIÓN
En lugar de pensar en la comida como algo bueno o malo para su salud, tenga presente el concepto de moderación. Incluso los refrescos y papas fritas, con moderación, pueden formar parte de una dieta nutritiva si los equilibramos con comidas mas saludables a lo largo del dia.
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