Alimentación saludable: antes, durante y después de la compra (4ta y última parte)
Después: en casa

Hasta que llegue el momento de cocinarlos, estos se han de mantener en perfectas condiciones en la despensa, en el frigorífico o en el congelador según el tipo de alimento que se trate.
La temperatura y el tiempo son dos factores determinantes en la calidad higiénica de los alimentos, de ahí que sea conveniente tardar lo mínimo posible en llegar de la tienda a casa si se han comprado alimentos frescos (vegetales, carnes, pescados), refrigerados o congelados.
El verano es un momento crítico ya que la temperatura ambiente es mayor, aumenta el riesgo de que los gérmenes se multipliquen y se registran casos de toxiinfecciones alimentarias por consumo de alimentos en mal estado.
- La despensa: es el lugar indicado para guardar los alimentos que pueden mantenerse a temperatura ambiente (20ºC): cereales y derivados -arroz, pasta, harinas, galletas, panes...-, alimentos deshidratados o secos, frutos secos, azúcar, sal, café, aceite y otros tratados con métodos higienizantes que no requieran frío para su conservación (leche esterilizada, conservas -pescados, carnes, verduras, legumbres, encurtidos, mermeladas...-), etc.
- No obstante, los productos esterilizados, una vez abiertos, hay que tratarlos como perecederos y conservarlos en el frigorífico.
- En la despensa también tienen cabida la mayoría de frutas y hortalizas, que se conservan de una manera óptima a temperatura ambiente en un lugar seco, fresco y bien ventilado.
- La clave en la despensa es el orden y la disposición: los alimentos de primera necesidad y de uso más frecuente se colocarán más cerca y a la vista, y los adquiridos en último lugar detrás.
- En el refrigerador y en el congelador: El primer paso es graduar la temperatura (entre 2ºC y 4ºC para el frigorífico y -18ºC para el congelador) y dejar espacio entre los alimentos para que circule el aire frío.
- En el refrigerador se han de separar los alimentos crudos de los cocinados (estos últimos conviene colocarlos en las baldas superiores) y también separados los alimentos de distinta naturaleza (carnes, pescados, frutas...) para evitar riesgo de contaminación cruzada. En ambos casos, es fundamental guardar todos los alimentos en recipientes cerrados o bolsitas, y si fuera preciso con una rejilla en la base para evitar el contacto directo del alimento con el jugo que desprenden.
