Si bien podemos adquirirlo con los alimentos, la principal fuente de vitamina D es la síntesis en nuestra piel al exponernos a la luz del sol, y dado que el 70% de la población europea presenta un déficit de esta vitamina, es importante recalcar que sólo 15 minutos, tres o cuatro veces a la semana, son suficientes para adquirir esta vitamina y prevenir su carencia en el organismo.
Sobre todo en mujeres menopáusicas y en hombres con andropausia, esta vitamina es de gran relevancia pues ayudaría a conservar una buena masa ósea y muscular, a evitar una ganancia de peso excesiva, a prevenir enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y sobre todo, reduciría el riesgo de sufrir fracturas que afectan la calidad de vida de los adultos de mayor edad.
Entonces, en un estilo de vida sano, deben incluirse unos 15 minutos de exposición al sol entre tres y cuatro veces por semana para garantizar un mínimo de vitamina D
en el organismo. De esta forma, ya sea una caminata al aire libre, un
paseo al sol o simplemente nuestra rutina de ejercicio al aire libre,
bastaría para obtener esta vitamina y prevenir las consecuencias
asociadas a su carencia.
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