jueves, 12 de enero de 2012

Correr, como cualquier deporte o actividad física, implica un aprendizaje de cierta técnica. Esto no es solo para lograr mejores resultados, sino para evitar daños.  Aprendiedo a corregir la forma de correr para prevenir lesiones te asegurarás de que tu rendimiento será mayor con un menor desgaste para tus articulaciones, tendones, músculos y ligamentos.
Correr es una capacidad que tenemos por naturaleza. Pero hacerlo de forma habitual, como actividad física, requiere un cierto entrenamiento. ‘Aprender’ a correr bien puede ayudar a evitar lesiones y es relativamente sencillo de conseguirse. Solo necesitas prestar atención a tu cuerpo y, tal vez, la ayuda de algún amigo que te supervise.

Los que tienen buena técnica: Su forma de correr es contínua, elástica, suave, donde todo el cuerpo colabora con el movimiento. Los brazos impulsan, la postura del tronco transmite la fuerza a las piernas, que, prácticamente, deslizan con armonía sobre el suelo.

Los que tienen mala técnica: Cada zancada es un suplicio. Son discontínuas, de diferente longitud y ritmo. Los brazos se mueven torpemente, con inseguridad, sin ayudar a la ejecución del ejercicio. El tronco está en postura forzada. Se balancea o se inclina a los lados, obligando a mantener el equilibrio en cada zancada. Las piernas, más que correr, propulsan de forma pesada. Se aprecia que las rodillas sufren a cada nuevo impulso. El apoyo de los pies es desigual. Suele ser habitual ver personas que corren con la punta de los pies mirando hacia fuera, en lugar de con los pies rectos. Esto también repercute en articulaciones como tobillos y rodillas principalmente.

Para corregir la forma de correr, es necesario que seas consciente de la postura de cada parte de tu cuerpo durante el movimiento. Obsérvate en un un espejo (si es en la cinta de correr) o te grábate en vídeo. Puedes pedir ayuda a un amigo, tanto para que te grabe como para que te de su propia opinión sobre tu forma de correr. Habrá fallos muy evidentes que te podrá comentar, y te servirán para mejorar. Lo ideal es que preguntes a un entrenador, o a alguien que tenga conocimientos como para poder ayudarte a corregir tu estilo.

Es una forma de mejorar el rendimiento y cuidar la salud y que, además, es relativamente sencilla de poner en práctica.

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