Si tu cuerpo pudiera hablar, ¿qué te diría?
Aunque tus órganos, células, huesos y articulaciones no pueden decir palabra, sí se comunican contigo. Últimamente hemos perdido contacto con nuestro cuerpo y nos hemos acostumbrado a vivir a través de únicamente nuestros pensamientos, por lo que tenemos que volver a aprender a escuchar lo que nuestro cuerpo nos dice todos los días.
Consciencia de tu cuerpo
Tener consciencia de tu cuerpo es la habilidad de enfocarte en tus sensaciones y emociones (las dos forma de comunicación del cuerpo), en el momento presente, sin escuchar a tu mente racional.
¿Por qué sin escuchar a la mente racional? Porque la mente no siempre actúa en nuestro favor, sobre todo cuando tendemos a racionalizar lo que sentimos, es decir, cuando solitos nos hacemos coco wash.
Tu cuerpo se comunica, pero tú no lo escuchas
Caso 1:
Estás en la oficina y comienzas a sentir un fuerte dolor de cabeza. Tienes muchos pendientes y un proyecto importante en el que estás trabajando. Piensas: “ya se me pasará”. Tomas una pastilla (si es que lo haces) pero el dolor no cede, sino que aumenta, comienzas a sentirte irritable y cansado. Pero tienes mucho que trabajar, ¿hacer una pausa? ¡ni que estuviera loco!
Caso 2:
Vas a los tacos con tus amigos. Tú ya te sientes satisfecho después del tercer taco, pero como todos empiezan a pedir más y te hacen burla si no quieres otro, acabas comiéndote seis, incluso cuando al comerlos te sientes lleno, inflamado y pesado.
Caso 3:
Tu cuerpo se siente lento, poco ágil y siempre estás cansado. Quieres ponerte tus pants y salir a caminar pero tu mente te dice: “Estoy muy cansado y estresado, me paso toda la semana trabajando como negro, me merezco un descanso. Me merezco quedarme a ver una película y comer unas palomitas.”
Caso 4:
Tienes una enfermedad crónica: colitis, gastritis, reflujo, diarrea, estreñimiento, migraña, tensión muscular…Y la “controlas” automedicándote o simplemente aguantándote.
¿Te suena familiar alguno de estos casos?
Ejercicios para reconectar con tu cuerpo
Auto-obsérvate
Durante una o dos semanas dedícate conscientemente a auto-observarte. En tu agenda o libreta registra las veces que tu cuerpo se comunica contigo y trata de encontrar patrones.
Recuerda que tu cuerpo se comunica a través de sensaciones o emociones.
Obsérvalas y regístralo.
No te juzgues, acéptalas tal cual son.
En este momento no permitas que tu mente trate de encontrar una explicación o justificación simplemente escucha a tu cuerpo.
Reflexiona
¿Qué tipo de mensaje me envía mi cuerpo? ¿Es en forma de dolor, de enfermedad, de nivel de energía o de una emoción (depresión, enojo, ansiedad)?
¿En qué situaciones aparece este mensaje?
¿Con qué frecuencia ocurre?
¿Cómo reacciono generalmente?
¿De qué manera podría responder para sentirme mejor?
Conecta con tu cuerpo deliberadamente
¿Qué es lo que veo en este momento? ¿Qué es lo siento? ¿Qué es lo que escucho? ¿Qué es lo que saboreo? ¿Qué es lo que huelo?
Come en silencio. Al menos una vez a la semana realiza una de las tres comidas principales del día solo, sin escuchar música, ver la tele ni leer. Simplemente comiendo. Date cuenta de los sabores, olores, texturas, colores, temperatura y de cómo se siente tu cuerpo.
Respiraciones.
Realiza respiraciones profundas sacando el aire lentamente con los ojos cerrados que paren el diálogo interno y te centren en el presente.
Y a ti, ¿qué te dice tu cuerpo?
1 comentario:
Que buen blog! Dan muy buenos consejos. Gracias :)
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