lunes, 6 de junio de 2011

Escucha a tu cuerpo

Si tu cuerpo pudiera hablar, ¿qué te diría?
Aunque tus órganos, células, huesos y articulaciones no pueden decir palabra, sí se comunican contigo.  Últimamente hemos perdido contacto con nuestro cuerpo y nos hemos acostumbrado a vivir a través de únicamente nuestros pensamientos, por lo que tenemos que volver a aprender a escuchar lo que nuestro cuerpo nos dice todos los días.

Consciencia de tu cuerpo
Tener consciencia de tu cuerpo es la habilidad de enfocarte en tus sensaciones y emociones (las dos forma de comunicación del cuerpo), en el momento presente, sin escuchar a tu mente racional.
¿Por qué sin escuchar a la mente racional? Porque la mente no siempre actúa en nuestro favor, sobre todo cuando tendemos a racionalizar lo que sentimos,  es decir, cuando solitos nos hacemos coco wash.

Tu cuerpo se comunica, pero tú no lo escuchas
Caso 1:

Estás en la oficina y comienzas a sentir un fuerte dolor de cabeza.  Tienes muchos pendientes y un proyecto importante en el que estás trabajando.   Piensas: “ya se me pasará”.  Tomas una pastilla (si es que lo haces) pero el dolor no cede, sino que aumenta, comienzas a sentirte irritable y cansado.  Pero tienes mucho que trabajar, ¿hacer una pausa? ¡ni que estuviera loco!

Caso 2:

Vas a los tacos con tus amigos. Tú ya te sientes satisfecho después del tercer taco, pero como todos empiezan a pedir más y te hacen burla si no quieres otro, acabas comiéndote seis, incluso cuando al comerlos te sientes lleno, inflamado  y pesado.

Caso 3:

Tu cuerpo se siente lento, poco ágil y  siempre estás cansado.  Quieres ponerte tus pants y salir a caminar pero tu mente te dice: “Estoy muy cansado y estresado, me paso toda la semana trabajando como negro, me merezco un descanso.  Me merezco quedarme a ver una película y comer unas palomitas.”

Caso 4:

Tienes una enfermedad crónica: colitis, gastritis, reflujo, diarrea, estreñimiento, migraña, tensión muscular…Y  la “controlas” automedicándote o simplemente aguantándote.

¿Te suena familiar alguno de estos casos?

Ejercicios para reconectar con tu cuerpo

Auto-obsérvate
Durante una o dos semanas dedícate conscientemente a auto-observarte.  En tu agenda o libreta registra las veces que tu cuerpo se comunica contigo y trata de encontrar patrones.
Recuerda que tu cuerpo se comunica a través de sensaciones o emociones.
Obsérvalas y regístralo.
No te juzgues, acéptalas tal cual son.
En este momento no permitas que tu mente trate de encontrar una explicación o justificación  simplemente escucha a tu cuerpo.

Reflexiona
¿Qué tipo de mensaje me envía mi cuerpo? ¿Es en forma de dolor, de enfermedad, de nivel de energía o de una emoción (depresión, enojo, ansiedad)?
¿En qué situaciones aparece este mensaje?
¿Con qué frecuencia ocurre?
¿Cómo reacciono generalmente?
¿De qué manera podría responder para sentirme mejor?

Conecta con tu  cuerpo deliberadamente
Conecta con los cinco sentidos. Haz una pausa y pregúntate:
¿Qué es lo que veo en este momento? ¿Qué es lo siento? ¿Qué es lo que escucho? ¿Qué es lo que saboreo? ¿Qué es lo que huelo?
Come en silencio. Al menos una vez a la semana realiza una de las tres comidas principales del día solo, sin escuchar música, ver  la tele ni leer.  Simplemente comiendo.  Date cuenta de los sabores, olores, texturas, colores, temperatura y de cómo se siente tu cuerpo.
Respiraciones.
Realiza respiraciones profundas sacando el aire lentamente con los ojos cerrados que paren el diálogo interno y te centren en el presente.
Y a ti, ¿qué te dice tu cuerpo?

jueves, 2 de junio de 2011

¿Que elegir cuando se come fuera de casa?



Hay veces que es necesario comer en el lugar de trabajo o escuela y reccurrir a los lugares cercanos a éste. La mejor opción en estos casos es acudir a un restaurante o a una cocina económica.

Aunque recordemos que si  quieres cuidarte siempre puedes usar tupers con tu comida sana y equilibrada preparada en casa.

Lo más importante

Lo primero que hay que evitar a toda costa es comer algún tentempié o menús en restaurantes de comida rápida, las hamburguesas, bocadillos y pizzas tienen gran cantidad de grasa e hidratos de carbono que perjudican nuestro organismo, ya que son lo opuesto a una dieta sana y equilibrada.
Así que olvidate del McDonalds, el Burger King o Dominos Pizza, etc. Estos establecimientos los dejaremos para muy contadas ocasiones, o en el caso de no poder optar por otra cosa para tener en cuenta sus ensaladas, y para nada para meterse esa ración de patatas con refresco.

Busquemos por tanto siempre restaurantes de comida lo más casera posible y sobre todo muy variada, con el fin de poder hacer un buen equilibrio entre el primero y el segundo, si el primero es pesado el segundo no lo debe ser y viceversa, y esto se puede hacer en este tipo de restaurantes.

El primer plato

Para elegir el primer plato debe contener vegetales como verduras, hortalizas y legumbres, la opción del arroz y la pasta es buena si luego vamos a realizar un ejercicio que nos ayude a quemar las calorías que estos dos alimentos nos aportan, ya que si queremos ingerir pocas calorías, una ensalada del tiempo aliñada con poco aceite de oliva virgen será la mejor opción.
Los primeros platos como cocidos, estofados,  embutidos, fritos varios, aderezados con mayonesas, los entremeses,  son platos que debemos moderar al máximo ya que son muy grasos y hay que intentarlos suprimirlos del menú de un restaurante.

El segundo plato

La opción ideal para el segundo plato es el pescado o marisco pero sin guarniciones como patatas fritas, o purés, siempre opta para que lo acompañe por una guarnición saludable como verduras, hortalizas o legumbres. A veces los pescados llevan salsas que no debemos en ningún caso comer con pan, ya que eso rompería nuestro equilibrio, así que aparta lo que puedas y disfruta del plato.
Sin duda la palabra plancha nos debe sonar a buena elección, las pechugas a la plancha tanto de pollo o de pavo, es perfecto como segundo plato. La carne de ternera (mejor los solomillos) puede ser una opción única dentro de la semana, y es mejor no exceder nunca su consumo.

Los postres

Aquí está el momento de la verdad, el momento de saber decir no al flan, arroz con leche, tartas,  helados … ya que van cargado de azúcares que potencian la asimilación de todas las grasas que hemos consumido en la comida y colaboran al aumento de grasa corporal.
La opción acertada es, como ya te imaginas, pedir fruta fresca, bien sea entera o preparada. Quizá mención aparte hay que hacer a los plátanos, que aunque nos aportan una buena cantidad de potasio que nos ayuda en la liberación de la retención de líquidos, es mejor no abusar de su consumo si no se va a realizar ejercicio posteriormente.
También es una buena opción no tomar postre ya que si hemos sabido elegir el primer plato y el segundo, y en ambos hemos metido una buena dosis de verduras y vegetales tendremos la ingesta de vitaminas necesarias sin necesidad de tener que comer nada más, así que pide fruta y guárdala para dentro de dos o tres horas, seguro que te sabrá mejor y será mucho más útil.




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